No sabe de TRADICIÓN
quien no estuvo en MONTEJURRA…
Cuando la masa susurra
sus más sentidas plegarias
de penitencia y perdón…
Sin más testigo que el Cielo….
Sin más aliado que el Sol…
Germán Raguán. Montejurra. 1957. (Pórtico)
Montejurra,
monte cercano a la localidad navarra de Estella, está ligado de manera muy
especial al Carlismo. Según Josep Carles Clemente en su Breve Enciclopedia del
Carlismo (Alderabán, 2012, página 315), tuvieron lugar allí tres hechos constatados: el primero en noviembre de 1835 (primera guerra carlista o de
los siete años); el segundo entre los días 7 y 9 de noviembre de 1873, y el
tercero el 18 de febrero de 1876, estas dos últimas fechas dentro de la tercera guerra
carlista.
Sin embargo y
a pesar del declive del carlismo tras la última contienda del siglo XIX, el
nombre de Montejurra va a seguir sonando, incluso con más fuerza en el siglo
XX.
Una de las unidades
de requetés que se organizaron en el levantamiento armado contra la Segunda
República tomó su nombre: el tercio de requetés de Montejurra, y luego, nada
más acabar la contienda (el 26 de diciembre de 1939), un grupo de excombatientes
navarros formaron en Irache la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz considerando
«la Iglesia del Monasterio de Irache como cuna de la Hermandad y al calvario de
Montejurra como lugar de peregrinación.» Así, el 3 de mayo de 1939 se inició
esa costumbre piadosa en recuerdo a los requetés caídos en la Cruzada del 36,
según reza la propaganda de entonces al respecto.
Al principio según se iba ascendiendo al monte se colocaban cruces de madera que contenían en sus brazos los nombres de los tercios que habían combatido. En la cima de la montaña tenía lugar la celebración de la santa misa y algunos discursos y una comida de hermandad ponían fin a los actos.
La fiesta fue arraigando y pasó a formar parte del calendario carlista, tomándose como fecha
para su celebración el primer domingo de mayo.
En 1954, el
vía crucis renovó su cara. Las cruces pasaron a estar fijas y construidas de
piedra, sin olvidar las inscripciones de los nombres de las unidades combatientes
de requetés. La fiesta fue tomando un carácter nacional que antes no tenía, y el espíritu político del acto, fue igualando sino superando al religioso. Hubo quien
definió a esa montaña como el Sinaí del Tradicionalismo, dejando bien patente
con ella que en su cima se recibían los mandamientos carlistas a seguir. El pasado
fue cediendo ante el futuro. El recuerdo de los caídos quedó algo escondido
ante el fervor de los nuevos líderes. En 1957 Montejurra se vistió de gala para
ser testigo de un anuncio de gran envergadura: la proclamación del príncipe de
Asturias, del heredero de la corona de España, hijo de don Javier de Borbón
Parma, Carlos Hugo. Todo esto, lógicamente visto desde la legitimidad carlista.
Si 1939 fue el
inicio, y 1957 la consolidación, 1976, será el descenso a los infiernos. La
infeliz andadura del carlismo tras la guerra de 1936 llegaba a su punto más
bajo: el enfrentamiento entre hermanos, huérfanos de abanderado y si me apuran,
de bandera.
Hoy en día Montejurra
sigue ahí, algo olvidado, con las cruces medio derruidas y abandonadas, pero permaneciendo
en muchos corazones que más que palpitar añoran un tiempo que pudo ser y no
fue.
El librito,
cuya portada traemos a nuestro blog, está editado en Pamplona el 15 de marzo de
1957 y en sus hojas podemos seguir el via crucis acompañados de estupendas fotografías
de N. Ardanaz. También nos enseña el folleto cómo estaban distribuidos los
nombres de los tercios de requetés en las cruces, que ya eran de piedra ese
año. Catorce estaciones, catorce paradas camino del calvario, en el que los boinas
rojas acompañan a Jesús hasta el Gólgota.
Esta es la
distribución de los tercios en las cruces:
·
Primera estación: Montejurra, San Fermín, Lácar
y Navarra.
·
Segunda estación: Virgen del Camino, María de
las Nieves, Roncesvalles (Lesaca).
·
Tercera estación: Rey, San Miguel, Santiago,
Abárzuza.
·
Cuarta estación: Mola (Navarro), Radio Requeté
en campaña móvil, Zapadores.
·
Quinta estación: San Ignacio, Zumalacárregui,
Oriamendi.
·
Sexta estación: Nuestra Señora de Begoña,
Nuestra Señora de la Antigua, Ortiz de Zárate.
·
Séptima estación: Nuestra Señora de Estíbaliz, Virgen
Blanca, Nuestra Señora de Valvanera.
·
Octava estación: Nuestra Señora del Pilar, San
Jorge, Almogávares.
·
Novena estación: Alcázar, María Molina, Numancia,
Marco de Bello.
·
Décima estación: Nuestra Señora de Montserrat, Nuestra
Señora de los Desamparados, Nuestra Señora de Covadonga.
·
Undécima estación: Cristo Rey, Santa Gadea, Burgos-Sangüesa,
Mola (palentino).
·
Duodécima estación: Tercios de Cristo Rey, Nuestra
Señora del Camino, Nuestra Señora la Virgen de los Reyes, nuestra Señora la
Virgen del Rocío, Nuestra Señora Santísima la Virgen de Begoña (núm. 2,
alavés), Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe, Santiago (aragonés), Voluntarios
de Santiago (Huesca), Arlabán, San Rafael, San Marcial, La Coruña, Apóstol Santiago
(gallego), Isabel la Católica, Numantino, Requeté de Ávila y Pontevedra, Requeté
de Valladolid, Requeté de Salamanca, Partida de Barandalla, Guerrillas del Alto
Tajo, Orden y Policía, Requetés en zona enemiga (resistencia). Margaritas de “Frentes
y Hospitales”
·
Decimotercera estación: Santa María la Real, Nuestra
Señora de la Victoria, Nuestra Señora de la Merced, Voluntarios de la Marina.
·
Decimocuarta estación: Escuadrones de Cáceres,
Sevilla, Málaga, Cazadores.
Actualmente se
puede comprobar que existe alguna que otra disconformidad entre estos datos y
los recogidos en las investigaciones de Julio Aróstegui y que fueron publicadas
en su libro Combatientes requetés en la Guerra Civil española (1936-1939),
última edición de noviembre de 2013 en La Esfera de los libros. Estudio muy
exhaustivo el de Aróstegui en el que se desgranan los orígenes, evolución y
término de todas y cada una de las unidades de requetés.
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