Montejurra. Germán Raguán. 1957. Propiedad del autor.
En su
colofón se puede
leer:
«Se
terminó de imprimir en los talleres de la Industria Gráfica Valverde, S.A., de
San Sebastián, el día 11 de agosto de 1957; en cuya fecha se cumple el XXI Aniversario
de la entrada triunfal en Tolosa de la Primera Agrupación Guipuzcoana de Requetés
— La Compañía de Tolosa del Tercio de San Miguel — al mando del inolvidable y
heroico capitán don Pantaleón Zabala.»
En los
extraordinarios Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo
español 1939-1966, de Manuel de Santa Cruz (seudónimo de Alberto Ruiz de
Galarreta y Mocoroa, 1922-2019), en el II volumen correspondiente al año 1957
(Tomo 19), y en su página 415, leemos también:
«Montejurra.
Por Germán Raguán. 4.º, 23 páginas, con láminas 2 h. (Intentamos averiguar este
concepto, pero no lo conseguimos. Pedimos ayuda a nuestros lectores). Es un
cuaderno con fotografías en blanco y negro de la concentración de Montejurra de
1957, que alternan con versos del autor. Está dedicado a sus dos hermanos asesinados
por los rojos; se acabó de imprimir en San Sebastián, el 11 de agosto de 1957, “en
cuya fecha se cumple el XXI Aniversario de la entrada triunfal en Tolosa de la
Primera Agrupación Guipuzcoana de Requetés — La Compañía de Tolosa del Tercio
de San Miguel — al mando del inolvidable y heroico capitán don Pantaleón Zabala”.
Es la mejor colección publicada de fotografías del acto de Montejurra, que
recogen muy fielmente el sabor popular de la misma (sic).»
De la breve
introducción o exordio con la que el autor abre el libro destacamos lo
siguiente:
«Yo he
vivido en Montejurra la maravillosa jornada del 5 de mayo de 1957… Y me he
quedado sobrecogido al contemplar con mis propios ojos lo que, en un siglo de
degradante materialismo y vergonzosas claudicaciones, no se puede creer si no
se ha visto: la concurrencia de tres generaciones que, con abnegación y
sacrificio, treparon hasta llegar a cimas que quiebran las mejores aptitudes
físicas y que, cuando éstas faltan, solo se pueden escalar con el espíritu
siempre joven del Carlismo para fundirse en la RECORDACIÓN, la AFIRMACIÓN y la
CONTINUIDAD de una postura CONSCIENTE, ROMANTICA e INCONMOVIBLE…»
Aquel
5 de mayo hacía acto de presencia un príncipe en el que se quería ver encarnado
el ideal de la tradición de las Españas, nueva savia de una dinastía abanderada
de la legitimidad proscripta.
Raguán
aúna el pasado con el presente: «…multitud abigarrada, entusiasta y predominantemente
proletaria, que abandona la trilla para empuñar el fusil y que sin tener
nostalgias palatinas, al besarlas, humedece con sus ojos las manos de un príncipe
que nunca reinó»
Dice
haber escrito Montejurra para contar esa maravillosa jornada, pero también para
que «los que allí no estuvieron, sepan que todos los años acudimos puntualmente
a la cita con nuestros mártires», y «para que los que se acuestan monárquicos y
se despiertan republicanos, los timoratos y contemporizadores, aprendan esta
soberana lección de fidelidad y consecuencia…».
A estos,
a los timoratos, débiles y claudicantes del ideal, les dedica sus últimas palabras
señalándoles que terminarán muriendo sin honor «o suspirando angustiosamente
por la presencia de cuarenta requetés de Artajona en el puente de la última
esperanza».
Para
muchos esto ha sido, es y seguirá siendo el Carlismo: el puente de la última
esperanza.
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El
libro se compone de doce poesías, que enseguida citaremos, enmarcadas entre un
pórtico y un epílogo también en verso que merecen la pena ser reproducidos:
Pórtico:
No sabe de TRADICIÓN
quien no estuvo en MONTEJURRA…
Cuando la masa susurra
sus más sentidas plegarias
de penitencia y perdón…
Si más testigo que el Cielo…
Sin más aliado que el Sol.
Epílogo:
¡Oíd…, sombras de Montejurra!
¡Quedad…, sombras fantasmales!
Nadie turbe vuestro sueño…
Que aquí estamos los leales
velándolo con empeño…
¡ESPAÑA no morirá!...
Guardando sus Tradiciones
tendrá los ojos abiertos…
Solo mueren las naciones
que se olvidan de sus
muertos.
Poesías: título
y pequeña sinopsis.
1.- Variedad: Montejurra
es la dispar procedencia de los carlistas que acuden a la montaña sagrada. Las
Españas que tanto gusta decir.
2.- Unidad: Montejurra es
una España diversa pero unida bajo la enseña rojigualda.
3.- Acción: Montejurra, como el Carlismo, es movimiento, un río de requetés, mujeres, niños y ancianos.
4.- Oración: Montejurra
es Vía Crucis, catorce estaciones en donde se detiene ese rio de gente para
rezar por los Tercios de Requetés, cuyos nombres se pueden leer en las cruces del camino.
5.- Recuerdo: Montejurra
es memoria de julio de 1936, cuando la plaza del Castillo de Pamplona, teñida
de rojo, repartía billetes para marchar al frente de Madrid.
6.- Margaritas: Montejurra
es campo de mujeres con nombre de reina, que más que reina es un ANGEL DE LA
CARIDAD.
7.- El regreso de Don
Carlos: Montejurra es el cumplimiento de una promesa. Un Carlos prometió
volver camino de Francia, y con el paso de los años otro Carlos regresa bajo
las mismas banderas.
8.- Actualidad del Carlismo:
Montejurra es el grito de un Carlismo vivo, un reto a los progresistas a ver si
se atreven a decir que son fantasmas de otros siglos.
9.- Nuestros muertos hablan:
Montejurra es el Oriamendi, himno inmortal que el eco de la montaña invita a
pensar que cantan al unísono vivos y muertos.
10.- Continuidad: Montejurra
acoge al veterano, a su hijo y a su nieto. Bella imagen gráfica de la
Tradición.
11.- Tradición: Montejurra
es eso, árbol encorvado que se dirige, habla y narra al joven brote verde
nacido de la tierra de los antepasados.
12.- Esperanza: Montejurra
es lealtad; lealtad a la palabra recibida, que no es otra cosa que lealtad a
Dios, la Patria y al Rey.
El príncipe
que se presentó a los carlistas en mayo de 1957 no es otro que el primer hijo varón de Don Javier de Borbón Parma. Su aparición física vino acompañada de la
polémica sobre su nombre. Al parecer el verdadero era Hugo, y el Carlos
no aparecía por ninguna parte. Galarreta es insistente en llamarlo de esta manera
en sus apuntes sobre este acto, sin embargo, Raguán, en su libro, le llama
Carlos Javier de Borbón. Al final pasaría a la historia con el nombre de Carlos
Hugo, siendo su hijo, el actual abanderado del Carlismo, este sí, el que lleve
el nombre de Carlos Javier.
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Este
librito fue publicado muy poco tiempo después que El Requeté, la Tradición
no muere, del general Luis Redondo y el comandante Juan de Zavala. El
ejemplar que comentamos lleva la siguiente dedicatoria:
«A mi
gran amigo, entusiasta correligionario y querido compañero Juan de Zavala,
autor con el general Redondo de una obra inmortal que lleva por título “El Requeté”,
con entrañable afecto. Germán Raguán.»
Y es
que Montejurra, el Requeté, en suma, el Carlismo, también
es fidelidad y amistad, sobre todo la que nace entre el silbar de las balas.
Pd. El
libro contiene 19 fotografías del acto de Montejurra y un retrato a color de
Carlos VII.
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